Las lavanderas

1.- Las lavanderas en el arte

En el Instituto del Patrimonio Cultural de España se conservan fotografías de lavanderas que, coloreadas, adquieren una composición y un aspecto casi de un cuadro…

A veces pintor y fotógrafo parecen pensar de una manera muy parecida.

El de las lavanderas es un tema tratado en la pintura, sobre todo a partir del siglo XIX. A algunos autores les interesa sobre todo la figura femenina. El río sirve para resaltar la mujer, como sucede de una forma particularmente clara en la obra de Daniel Ridgway. Incluso al pintor puede interesarle sólo la mujer: por ejemplo, lo único que indica en el cuadro de Hébert que estamos ante una lavandera es que se titula precisamente así, La lavandera.

En el otro extremo, hay pintores a los que lo que les interesa fundamentalmente es el paisaje. Es lo que hace Martín Rico en Lavanderas de La Varenne o Renoir.

Y entre los dos extremos hay todo tipo de situaciones intermedias. Incluso hay pintores que convierten el acto de lavar en algo bucólico, casi poético.

2.- La historia del Asilo de las Lavanderas

A partir del siglo XIX las grandes ciudades crecen cada vez con mayor rapidez. En las casas todavía no hay agua corriente. Aparece la profesión de lavandera. Son mujeres que recogen la ropa, la llevan al río y la devuelven limpia. Son mujeres humildes que muchas veces van a lavar con sus hijos pequeños, ya que no tienen donde dejarlos.

En la parte trasera del Palacio Real hay una zona de lavanderas. Pintor y fotógrafo eligen prácticamente la misma perspectiva.

Un día la esposa del Rey Amadeo de Saboya, Maria Victoria, sale por la puerta de atrás del Palacio Real y llega al río Manzanares. Allí se encuentra con la pobreza de las lavanderas. Muchas de ellas son gallegas, que han venido desde su tierra andando.

Por aquel entonces era habitual que no sólo las lavanderas, sino todas las mujeres que trabajaban acudieran a los puestos con los niños. Las imágenes históricas sobre cigarreras muestran a las madres con sus hijos en las fábricas de tabaco.

Maria Victoria pensó que sería conveniente que las lavanderas tuvieran un sitio en el que dejar a sus hijos. Y decidió crear el Asilo de Niños de las Lavanderas, para que así estas mujeres pudieran dejar a allí a sus hijos mientras trabajaban. Y así nació la primera guardería de España. El 9 de julio de 1871 se colocaría la primera piedra.

Seis meses después culminarían las obras y se inauguraría el Asilo de los Niños de la Lavanderas. Inicialmente tenía dos secciones. Una para atender a niños de dos meses a cinco años y otra para atender a las lavenderas que necesitaran cuidados médicos.

María Victoria no disfrutaría mucho tiempo su obra. Amadeo de Saboya había sido elegido Rey por las Cortes Generales para sustituir a Isabel II, obligada a irse de España. Pero Amadeo y Maria Victoria no fueron aceptados como soberanos por la sociedad de la época y volvieron a Italia. Incluso desde allí Maria Victoria siguió enviando donativos a las lavanderas de varias ciudades españolas.

El reconocimiento a Maria Victoria llegaría con su fallecimiento. Las iglesias de Madrid se llenaron con misas en su honor. Y sobre todo las lavanderas no la olvidarían este gesto. Harían colocar una lápida en la tumba de la benefactora con la inscripción «En prueba de respetuoso cariño a la memoria de doña María Victoria, las lavanderas de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Tarragona, a tan virtuosa Señora».